Como abogado de lesiones personales, me gusta poder defender los derechos de mis clientes, ayudarlos en un momento vulnerable de sus vidas y luchar para conseguirles la compensación completa que merecen.
¿Qué es lo que menos te gusta?
Nunca disfruto tener que explicarle a un cliente las limitaciones del sistema legal, incluido el lento proceso judicial y las leyes de seguros que limitan su capacidad de obtener una indemnización.
¿Cuál es tu enfoque al manejar un caso?
Desde la reunión inicial con un cliente, trato de conocer su historia, descubrir qué experimentó y cómo su accidente cambió su vida. Preparo cada caso como si fuera a ir a juicio y no dejo piedra sin remover. Este nivel de preparación es la única manera de hacer llegar la historia del cliente al jurado.